Los adolescentes de América Latina y el Caribe se enfrentan a múltiples dimensiones de vulnerabilidad que amenazan con tener consecuencias duraderas para ellos y sus comunidades, poniendo en peligro sus perspectivas de supervivencia y de llevar una vida sana, si no se abordan con urgencia.

Recientemente, la pandemia de COVID-19 ha afectado a la salud de los adolescentes de la región aumentando sus niveles de estrés y ansiedad, disminuyendo su actividad física y su acceso a alimentos saludables, así como limitando su acceso a los servicios de salud. La violencia interpersonal, las lesiones por accidentes de tráfico y el suicidio son las principales causas de muerte entre los adolescentes. Se calcula que la violencia interpersonal causa el 41% de las muertes entre los adolescentes varones de 15 a 19 años y el 11% entre las adolescentes de 15 a 19 años. Las chicas experimentan una mayor prevalencia de violencia sexual y psicológica que los chicos, y esto se ha relacionado con la ideación suicida entre las víctimas de la violencia. Más de uno de cada siete adolescentes padece un trastorno mental, siendo los trastornos de ansiedad y depresión los más comunes entre los adolescentes. La región tiene una de las tasas de natalidad adolescente más altas del mundo, con tasas más elevadas entre las niñas con niveles educativos más bajos, en comparación con las adolescentes con niveles educativos más altos. Una menor proporción de chicas adolescentes ven satisfecha su demanda de planificación familiar con métodos modernos, en comparación con las mujeres de más edad.

La evidencia presentada en este informe nos recuerda que no hay tiempo que perder para lograr vidas más saludables entre los adolescentes de la región y es un llamado urgente que requiere de una acción inmediata y concertada.

El informe hace un llamamiento urgente a los responsables políticos para que actúen con el fin de mejorar las condiciones de vida y las perspectivas de los adolescentes que viven en ALC, utilizando un enfoque que no sólo sea multisectorial, sino que también esté basado en la equidad y la evidencia.